¿Estás pensando en entrenar con tu pareja? ¿Te gustaría poder compartir tiempo y aficiones? Lo primero de todo debes saber que tomar esta decisión no es tan sencilla como puede parecer. En ocasiones juntar amor y deporte puede ser bastante complicado de llevar, sobre todo si vuestros niveles son diferentes o uno de los dos no está totalmente convencido de comenzar con esta rutina.
Sabemos que cada pareja es un mundo, pero la experiencia nos dice que existen algunas líneas maestras que no debemos cruzar si queremos que todo vaya sobre ruedas.
No deis nada por supuesto, una buena conversación antes de salir de casa puede ser suficiente, si vuestra pareja tiene dudas o no está segura al 100% es mejor dejarlo para otro día. No hay nada más frustrante que salir de casa queriendo hacer un buen entrenamiento y tener que tirar de otra persona que no hace otra cosa que poner trabas.
Debemos tener la suficiente generosidad como para que en esos momentos no nos importe ceder. Si tú eres quien no tiene ganas propón otra idea que sea más apetecible. Si ese día habíais planeado salir a correr, quizá un cambio de planteamiento sea buena idea. Si aun así no te animas, deja que la otra persona haga su rutina, no pongas trabas. ¡En dos horas estará de vuelta de mucho mejor humor!
Un entrenamiento en pareja no es una competición ni mucho menos, es muy complicado que una pareja tenga el mismo nivel físico, por ello, en ocasiones tocará ceder. En esos momentos debemos estar concienciados de que el entrenamiento de quien tiene mayor nivel no será tan productivo, si lo aceptamos de antemano no habrá problema, pero si nos engañamos y una vez comenzamos tratamos de forzar a la otra persona conseguiremos que se sienta incómoda e incluso que sufra más de la cuenta. Esta es la peor idea posible.
Si con todo ello hemos salido, estamos entrenando y nuestra pareja está físicamente peor, no debemos hacer comentarios que le hagan sentirse inferior. Tenemos la costumbre (cuando somos más fuertes) de intentar motivar picando a la otra persona, nos conocemos tan bien que creemos saber cuál es su límite y nos parece que puede con eso y más, pero seguramente si dice que no puede, es que no puede ¡y nada más!
Debemos reforzar sus mejoras, saber que si cumple pequeños hitos diariamente no podemos exigirle ir más allá. Poco a poco su nivel mejorará. Mientras tanto, tendremos que planificar días para entrenar individualmente y compensar esos sacrificios.
Que vosotros os conozcáis no quiere decir que el resto de la gente que esté a vuestro lado tenga que aguantar vuestros malos royos. Es normal que en momentos de tensión y esfuerzo salga lo mejor y peor de nosotros, pero entrar en terrenos personales estando con gente no es buena idea.
Si tenéis distinto nivel, en running por ejemplo, podéis calentar juntos, y hacer parte de la sesión común, pero si en algún momento uno de los dos se encuentra mejor y necesita tirar y quedarse no tiene que haber problema. Más tarde nos encontraremos, en esos momentos es mucho mejor hacer esto que frustrarnos los dos.
Si realmente quieres ayudar a tu pareja es mucho mejor colocarte detrás de ella (o como mucho al lado) y animarle desde atrás. Busca frases que sepas que le motivan de verdad y que estén contrastadas previamente, no uses el ánimo fácil y gratuito ya que al ser tu pareja merece una atención mucho más personalizada.
Si ves que va mal de verdad, no se lo recrimines y mejor que te vea tranquilo ya que si te ve nervioso se lo transmitirás y acabaréis discutiendo. Cuando acabéis el entrenamiento, felicítale por su esfuerzo en los momentos más complicados.
Con estos consejos seguro que evitamos gran parte de los problemas que solemos tener las parejas al entrenar juntas. Seguro que si lo has probado, en algún momento te has encontrado con momentos así. ¡No te preocupes, no estás solo! El 80% de las parejas tienen esos comportamientos. ¡Un poco de humor, echa un vistazo y revisa si te identificas con alguno o si ves a tu pareja reflejada!
LO QUE PIENSAN ELLAS |
LO QUE PIENSAN ELLOS |
Va un metro por delante de mí para obligarme a esforzarme, pero echo el hígado, ¡cada minuto le odio más! |
Se queda intencionadamente para fastidiarme y hacerse la víctima. |
Esta ruta se me hace muy larga, no podré aguantar mucho más. |
No tengo ni idea de en qué momento he perdido el camino, pero sigo disimulando, en algún momento lo encontraré. |
Lleva diciéndome que no queda nada 4 km, pero esto no acaba nunca. |
Si no se queja seguimos un poco más. |
Voy a ir delante para marcar yo el ritmo y que no me queme antes de tiempo. |
Como siga a ese ritmo no aguantaré. A ver si no me cruzon con ningún amigo. |
¿Quires preparar una carrera? ¿Te gustaría disponer de un plan de running personalizado y adaptado a tu nivel? Descubre el programa que unifica alimentación y entrenamiento y que te ayudará a mejorar tu rendimiento y conseguir tus objetivos, ¡solo o en pareja!
Si necesitas un plan personalizado de entrenamiento más nutrición que tenga en cuenta todas las premisas necesarias para cumplir tus necesidades de descanso y de esta manera optimizar el rendimiento deportivo solo tienes que acceder a nuestra web. Elige un objetivo y consigue un plan personalizado de entrenamiento más nutrición.