Lo primordial al momento de perder peso no son las calorías sino el tipo de dieta y los nutrientes que poseen los alimentos que incluimos en la misma.
No es lo mismo ingerir 200 calorías provistas de grasas (patatas fritas) que comer la misma cantidad de valor calórico en alimentos de alto valor proteico (huevo).
200 calorías= 150 g de huevo = 37 g patatas fritas
Los estudios realizados sobre la materia afirman que otra de las diferencias claves son los cambios de nivel de insulina en sangre.
La respuesta de la insulina, hormona anabólica por excelencia, es mucho más elevada cuando se ingieren alimentos grasos (ej: helado) que cuando comes alimentos con niveles de azúcar menores (1 manzana). Estos picos de insulina pueden provocar una resistencia a la insulina que a largo plazo, puede derivar en enfermedades como la diabetes tipo 2, que se caracteriza por la resistencia y falta de insulina.
Esta evidencia pretende concienciar acerca de la calidad de la dieta que llevamos y desmentir la leyenda de que la bajada de peso es equivalente únicamente a la reducción de calorías. Está claro que es importante controlar el número de calorías que ingerimos para mantener una dieta saludable, pero por encima de todo debe cuidarse la calidad en la alimentación.
El equipo nutricional C +150 es prescriptor de una dieta basada en 5 comidas diarias en las que se distribuyan el total de los nutrientes que el cuerpo consume a lo largo del día adaptándolas en función de la actividad física diaria y el individuo.
Consejo:
Si tienes mucho apetito opta por alimentos de bajo aporte calórico como frutas y verduras, podrás comer mucha más cantidad obteniendo las mismas calorías.
Ejemplo: 560 g de brócoli contienen sólo 200 calorías mientras que para ingerir la misma cantidad de calorías de bacon frito ¡sólo necesitas 34 g!