Debemos utilizar el ejercicio físico y la correcta alimentación basado en tener salud física y mental, creando unos hábitos de vida saludables y disfrutar del deporte que elegimos. En el momento en el que ir a entrenar y mantener una dieta demasiado saludable se convierte en una obsesión deberemos tomar medidas al respecto.
Existen diversas señales de conducta que nos muestran una obsesión por el deporte. Sentirnos mal y nerviosos cuando no hacemos ejercicio, no poder hacer menos deporte que el día anterior, obsesión por el cuerpo, preocupación excesiva por mirarse en el espejo y controlar el peso, dificultad para comer alimentos “menos” sanos…
Cuando ocurre esto el deporte deja de ser algo beneficioso para convertirse en algo perjudicial, de manera que ni siquiera se disfruta del momento de entrenar, pues ha pasado a ser algo obligatorio.
Este problema psicológico puede acabar añadiendo un problema físico, pues realizar tanto ejercicio desencadenará el síndrome de sobreentrenamiento, produciéndose desajustes vitales.
Por ello, debemos controlar nuestra actividad física, incorporándola como una parte más de nuestro día y que en ningún caso estamos obligados a hacerlo.